viernes, 27 de agosto de 2010

LA BOFETÁ

Esto es bochornoso.
Estaba  avisada.... no valdría quejarse después; yo lo sabía... era consciente de que podría suceder...
En las noticias nos lo  repetían hasta la saciedad, y por eso mismo mis amigos hace tiempo que entendieron por qué no iba ya tanto por casa.
Pero la familia es la familia...

Real era la posibilidad de pasarlo mal, de agobiarme.... pero pensaba en mi madre, en que ya no nos disfruta demasiado, nuestras visitas -cositas de la  vida- se espacian, pero clarito he tenido siempre que cualquier rato en familia merecerá la pena.
 Mi único temor era Él.
Lo habíamos organizado todo para eludirlo, para no tener que aguantarlo.

Con mi hermana me río mucho, mi sobrino esperaba su regalo, mi cuñada afirmaba días antes que mi imagen se difuminaba en su memoria, mi mayor -más familiar que últimamente-  vislumbraba una tarde de centro comercial y mi chica  tenía mono , echaba de menos a su prima gemela...
Prometía la velada.

A media tarde entrábamos en nuestra querida Córdoba, pusimos rumbo a mi barrio de toda la vida; objetivo: recoger a mi madre para ir a la quedada familiar...
De momento, todo bien.
Mi legítimo iba entretenido con  su IPhone, mis astillas escuchaban los 40Principales y yo conducía y saboreaba cada calle y cada esquina; cada rincón me planta delante  recuerdos de infancia y juventud...algunos locales siguen a pleno rendimiento, otros han sido sustituidos por la marabunta oriental que nos invade...pero lo reconozco...es mi barrio...y mi Plaza de Toros....mi Zoco.

Machaquito, nº 6.
Detengo  el  coche, pero ni por un instante se me hubiera ocurrido apagar el motor....las tres almas cándidas que me acompañan en el interior me fulminarían. Este barrio ha multiplicado el número de vehículos por familia , pero la cocheras, siguen brillando por su ausencia, toca apañarse con la doble fila...total, nos iremos pronto de allí.

Toco el claxon
Intento  llamar la atención de mi madre que imagino en su terraza, como tantas veces... pero enseguida observo que viene por el jardín saludándome con la mano.
Qué pequeñita la veo.

Mi madre, recortadita de toda la vida -como su padre, como sus hijos- en los últimos años, mengua a pasos de gigante. En mayúsculas están sus dolencias escritas en su gesto... ¡alegra esa cara madre...que, a mal tiempo, buen semblante!!!
-Si si, si tu supieras...vamos a callarnos! -  es su única respuesta de un tiempo a esta parte.
La altura de mi coche es inversamente proporcional a los centímetros que gastan las piernas de mi madre... qué coche más alto, niña!! 
Tengo que ayudarla a subir...

Abro y salgo del coche y... ocurrió....justamente ahí, precisamente en ese momento...
No me dio tiempo ni a reaccionar; mucho menos, a esquivar nada .
No sé si llegó por la derecha, si por la izquiera, si de arriba o desde abajo...o llegó por todas partes a la vez...el caso es que, a traición,  me soltó una BOFETÁ en toda la cara que casi me tumba al suelo...un TORTASO que casi me mareo...su fuerza me pinchaba en los brazos, en las piernas....
Inevitablemente me había topado con Él.

-Deprisa, vámonos, vámonos, no te pares...me decía mi madre, seducida por el bienestar que se escapaba por la puertezuela abierta del coche... y salimos pitando.

Con los años se me hace más insufrible y por eso, en esta época del año, apenas piso mi tierra. Él es el culpable.
El  calor que hacía ayer en Córdoba era infernal. Un calor sofocante. Espantoso.

Eran casi las siete y media de la tarde y aún a 41 grados. Insufrible.

miércoles, 18 de agosto de 2010

VENTILANDO LA CASA.

Tachando días me veo en el almanaque de un verano que casi ha volado en un pispás.
Junio terminó en el torbellino de cada fin de curso y a empujones entré en julio a la encerrona de una burbuja... un micromundo impuesto durante algo más de tres semanas.Toda una experiencia que espero no tener el honor de volver a experimentar.


De puertas afuera muchos ríos de nervios, mares de ilusiones, lluvia de horas y horas de esfuerzo; de puertas adentro..por momentos sientes que la suerte te ha adjudicado el papel del malo de la peli...tribunal, juez, jurado, repartidora de suerte...o de justicia; hada madrina...y seguramente también la bruja del cuento.
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Finales de julio... una ola que es de calor ... y un fresco sólo acondicionado...necesito un descano ya...



Agua dulce, agua salá... dame azules.
Me dejo llevar en volandas por un agosto que me transporta al mar...no tanto a la playa...que no me gusta demasiado... sí, al mar....
Este año un trocito de mar de Denia a Calpe...la Costa Blanca del Levante.

Aquí, nuestra terraza; allí, el Cap de la Nau; más allá el sol que nace
Un café y tiempo... y la magia de parar el mundo un ratito...justo a esa hora en que los ocres tintan el mar de un azul raro... adivinar, en el horizonte que tengo enfrente, ese pedacito de futuro incierto que se acerca.

Las olas caprichosas horadan a su amor la Cueva del Moraig (Benitatxell)
Mirar y mirar las olas -no me canso-;
olas que en su trabajera imagino amasando pan...
sentir que, en ese preciso momento, apoyada en la barandilla de turno,
sentada en cualquier peñasco,
con la luz de la tarde y el faro...
siempre el faro,
nada me apetece más que mimar pan de olas....


Atardecer en el Parque Natural del Peñón de Ifach.
Calp, al fondo.


Y harina aún en las manos y el aire fresco en la cara;
con las chispas chiribitas de palabras que van y vienen...
Gloria en los oidos.
Sé que estoy en el sitio de mis recreos.





Y ahora, ya de vuelta, a ventilar la casa y a visitar a los amigos.