Desayunar en la puerta de Gran Via Parque 23, en el Bar Brisa de toda la vida, en mesa y silla de la Cruzcampo y la Plaza de Toros a la espalda, te trae de golpe toda tu niñez con las cientos de veces que has cruzado esa puerta, todo lo vivido portal adentro y el porculito que dábamos a los camareros y clientela del bar jugando a "salvo la valla por todos mis compañeros y por mí el primero". Y, aunque las caras q salen y entran no las reconozco, ese portero ahora automático se llamara antes Fernando, la Mercería Nieves la hayan heredado unos chinos, las lavadoras y frigoríficos Zanussi se hayan reconvertido en supermercado, el bar ya no se llame Brisa y yo hubiera nacido en el corazón de Santa Marina, este trocito de calle es mi primer recuerdo de calle.