(PSYCHOLOGIES, SEPT.08)
Este verano cayó en mis manos un bumerán.
“Qué divertido”,pensé, pero por muchos intentos que hice no conseguí que volviese a mí.
Luego aprendíque no era tan sencillo como lanzarlo y ya está.
Influía la posición de la mano y el cuerpo, el impulso, el bumerán en sí, el viento, etc., además había que tener cuidado de no golpear a nadie cercano ni a mí misma.
Muchas cosas que controlar...
Así es un poco la vida, te devuelve lo que lanzas; has de estar atento a muchos detalles.
Porque si nuestra posición es buena, como con el bumerán, pero no damos el impulso correcto,no avanzaremos.
Igualmente, si cogemos impulso, pero la posición es inadecuada, podemos hacernos daño a nosotros o a los que nos rodean.
Como con el bumerán, no podemos controlar todos los detalles de nuestra vida; no podemos hacer nada porque sople más o menos viento, pero sí podemos estar atentos y preparados para los momentos de brisa o los temporales.
Podemos hacer algo mejor: situarnos en el presente, el único que tenemos, coger nuestro bumerán vital y enviarlo allá donde queramos, con control, porque somos los únicos dueños
y responsables de nuestras vidas.
Lo decía Albert Einstein: “La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”.
Y en nuestras fortalezas latentes está la capacidad de disfrutar de ese nuestro bumerán: disfrutarlo es verlo, vivirlo,mejorarlo, hacerle nuestro, con sus marcas –con nuestro pasado–, con sus brillos –con nuestras esperanzas–…y gobernarlo, gobernar nuestra vida.
“Qué divertido”,pensé, pero por muchos intentos que hice no conseguí que volviese a mí.
Luego aprendíque no era tan sencillo como lanzarlo y ya está.
Influía la posición de la mano y el cuerpo, el impulso, el bumerán en sí, el viento, etc., además había que tener cuidado de no golpear a nadie cercano ni a mí misma.
Muchas cosas que controlar...
Así es un poco la vida, te devuelve lo que lanzas; has de estar atento a muchos detalles.
Porque si nuestra posición es buena, como con el bumerán, pero no damos el impulso correcto,no avanzaremos.
Igualmente, si cogemos impulso, pero la posición es inadecuada, podemos hacernos daño a nosotros o a los que nos rodean.
Como con el bumerán, no podemos controlar todos los detalles de nuestra vida; no podemos hacer nada porque sople más o menos viento, pero sí podemos estar atentos y preparados para los momentos de brisa o los temporales.
Podemos hacer algo mejor: situarnos en el presente, el único que tenemos, coger nuestro bumerán vital y enviarlo allá donde queramos, con control, porque somos los únicos dueños
y responsables de nuestras vidas.
Lo decía Albert Einstein: “La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”.
Y en nuestras fortalezas latentes está la capacidad de disfrutar de ese nuestro bumerán: disfrutarlo es verlo, vivirlo,mejorarlo, hacerle nuestro, con sus marcas –con nuestro pasado–, con sus brillos –con nuestras esperanzas–…y gobernarlo, gobernar nuestra vida.
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