Querid@s amig@s:
Espero que a la llegada de ésta os encontréis bien;
nosotros por aquí también bien, gracias a Dios.
Si no abro mi buzón corro el riesgo de encontrarme 200 misivas acumuladas en tres días.
Es ya una rutina, casi sin gracia y no espero sorpresas, casi nunca.
Leo mis cartas y ,aun cuando conservo algunas por curiosas, por graciosas, por ser cariños en bandeja que se descafeínan de mano en mano hasta llegar a mí, la inmensa mayoría terminan en la papelera; de otras, doy cuenta a mis allegados; y cómo no, por sospechosas o chominosas de cuidao, hay cadenas y cadenas que ni abro.
Al final, siempre lo mismo, llevo mi cesto de los papeles al contenedor y definitivamente los pierdo de mi vista y de mi vida, para siempre, sin echarlas de menos.... total, mañana habrá más.
Ahora abro el otro buzón en la cotidiana aceptación de que sólo intereso a Cajasur, a Banesto o a la Caixa; a Vodafone y Movistar; a la compañía de electricidad, de agua y basura; a todas las casas comerciales del mundo mundial y a los recaudadores de impuestos; a los jetas que pretenden hacerme creer que soy la suertuda cliente 1000000 de averigua-tú qué inventada promoción....
Remitentes ellos, que ni conocen mi nombre ni mi rostro; de los que ni conozco su puño y mucho menos su letra; para los que sólo soy, en definitiva, un renglón en la letra T de una base de datos....canjeada, sustraida, comprada ... obtenida vayusté a saber dónde.
Ni un sólo sello del rey... francamente no sé desde cuándo no veo uno por casa, ni traspapelado en un cajón siquiera... y por cierto.. ¿dónde está el buzón? Que la niña no pudo echar la carta...
-Mamá, que el buzón no está.
-Pero, niña, si lo tenemos delante del portal...
-Pues ya no está....y he mirado bien...que no está, josú
-Seguramente lo esfumaron cuando el cambio de acerado...pues vaya...
El sms es la inmediatez; los reenviables electrónicos se han convertido en las únicas evidencias , a veces, de que fulanico o fulanica siguen vivos; las redes sociales te permiten curiosear en lo curioseable de cualquiera, haciendo el ganso en la comida de empresa, tirando bolazos de nieve o hinchándose de tarta en la comunión de su niño... qué feo el traje de la cuñá...qué gorda se ha puesto la madre... sin siquiera la "necesidad" de tener que decir buenos días cuando te lo/la encuentras por la calle...
Pero yo he sido de muchas cartas, de escribir y esperar; de escaleras-arriba con preciado tesoro rescatado del fondo de un buzóny tirarme en la cama a leer; y de contestar, llevándolas personalmente a la oficina central de correos , creyendo ganar con ello un día o dos al viaje de la carta.
En un intento de recuperar aquella magia, ahora abro mi buró, segundo cajón a la izquierda... saco mi caja de lata de dulce de membrillo y aún me emociono con Hustic Darko, el amigo de Yugoslavia que me eligió para practicar sus avances en castellano, mientras en su vida avanzaban, desmembrando su país, las tropas y los odios . Su rabia, sus heridas... y sus esperanzas aún las palpo en estas cartas de las que no me desprenderé jamás.
Y releo las cartas de mi amiga Mary y su larga odisea en busca de la maternidad que de tan lejos le llegó finalmente... en estas cartas aún chisporrotean sus palabras llenas de ilusión y futuro.
Y aquí delante tengo las sencillas letras mal-juntadas de mi abuela Amalia, pero que, hilvanadas con el mismo amor que ponía en las colchas que me hizo, me escribía "quejándose" de mi madre-su hija ...mira Anamari, que tu madre se ha empeñado en que todos los días tengo que escribir un ratito... a ver hija, pues te escribo a ti... a quién mejor que a mi nieta, la mayor, que está lejos estudiando en Granada...