Ella me ha confesado estos días que nunca antes habia sentido la verdadera compañia de una amiga…que era consciente de que nos tenía al lado…que sabía perfectamente que la amistad vivia cerca de ella…pero era tal el amor por su marido, desde que era una adolescente…que sólo veía por él, vivía por él y no veía a nadie más.
Cuando de un plumazo, en cinco minutos y con sólo 33 años, le quitan al amor de su vida…nadie pudimos decir “entiendo como te sientes” …solo nos quedó escucharla, dejarla llorar, compartir sus recuerdos, visitarla, llamarla, darle todo nuestro apoyo y por supuesto aceptar todos sus cambios, sus altibajos, sus decisiones…
Ahora han pasado ocho meses… y puedo verla enfrentando sus emociones; aceptando su dolor, encontrando en sí misma la fuerza que no imaginaba tener y mirando al futuro con esperanza…dando lo mejor a sus hijos y notando y viviendo nuestra compañia…la de sus amigas.
En cuatro días vividos con ella intensamente , hemos podido hablar mucho…de todo y de algo en particular…algo sobre lo que aún no ha podido hablar en voz alta con nadie…hemos hablado de sexo…y me confiesa cuantísimo echa de menos hacer el amor.
Qué decir a una persona que echa de menos en su piel las manos de su enamorado…su aliento, el calor de su cuerpo…
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