CADA NUEVE DE NOVIEMBRE

Feliz Cumpleaños , hermano!!!

Hace nada, el mio;  ahora , el tuyo; dentro de nada el de la hermana más chica, en menos de un mes los tres hermanos caemos... me va a dar por deducir que nuestros padres celebraban muy requetebién su 4 de febrero y que rondando noviembre...los frutos llegaban...jeee

Hoy cumples...tres más que yo.... los digo? jeee... mejor que echen cuentas.

Mi hermano mayor, que creció siendo el gruñón y el raro de la familia, creador del pan migado en cocacola, ostenta estoicamente hasta hoy, el título de  "el esaborío"...  y no fue siempre entendido cuando,  de natural , prefería la compañía de un buen libro a otro entretenimiento más doméstico.

Pasó soleados domingos de campo encerrado en el coche, escribiendo en papelillos chicos sabe-dios- qué, oyendo su música, cuando lo más parecido al  mp3 que ahora siempre lo acompaña  era la radio del seiscientos y luego el cassette del opel corsa.

Su habitación olía a tabaco de pipa, en su puerta un perenne semáforo en rojo, era el cuarto con más libros, más periódicos y mejores vistas a la calle. Vistas que le permitían anunciarnos las visitas que venían para casa y que siempre remataba diciendo.... que yo no salgo, eh? ...que no estoy... Cosa que tampoco le valía de mucho, pues cuando preguntaban por el Cesarín , mi madre hacía una muesca con la cabeza señalando la puerta cerrada de la habitación: "qué le vamos a hacer si es  así de esaborio..."

Pero crecimos, y eso sí, él con genio y figura, pero también habiendo desarrollado una vis, hasta graciosa, que los de fuera de casa detectaron antes que los de dentro... ; y original como él sólo,  con su arte de hacer rollitos con los artículos de periódicos, rollitos pillados con una gomita que terminan en su bolsillo y  se convierten en el matarratos perfecto.

Y un día aportó a mi vida a una tercera hermana y desde entonces  amiga ; orgullosa me lucí de su brazo el día de mi casamiento y siempre ha volado raudo a mi vera antes incluso de haber sido requerido.

Me siento considerada por él, me siento querida y me siente muy próxima;  y aunque,  cada uno en su casa,  hay una complicidad qué intacta quedará por siempre.

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Lo que reproduzco aquí debajo es suyo, lo escribió aquí mismo hace algunas semanas...son sus palabras hechas recuerdo, un entrañable guiño a nuestros padres.

Hoy en el día de su cumpleaños,  lo saco un poquito más a la luz...

"Es gracioso, es simpático, anecdótico...de mi madre y sólo de ella he heredado ese amontonar papeles de propaganda, recibos de banco, documentos, cartas en las que siempre por detrás pueda escribirse algo porque tienen un maravilloso y virginal espacio en blanco que es una pena desaprovechar. Todo un universo de reflexiones, dudas, gozos y sombras los he escrito primeramente detrás de esa factura del gas de hace 3 años. El reverso del recibo de la hipoteca viene bien para determinadas ocurrencias; tras la solemnidad de una carta de Hacienda o en ese folio con el estado de cuentas del bloque yo por detrás siempre escribo y a veces son hasta inspiradores. La propaganda de empresas multiusos, un taller, las ofertas de un centro comercial cercano , una chica que busca piso con otra...todo se arremolina en un cajón y de allí un día los rescato y escribo por detrás porque por eso un día se lo ví hacer a mi madre y no sabría hacerlo de otra forma. Soy incapaz de enfrentarme a un folio hecho y derecho. El A4 puede conmigo. El tal Diógenes y su síndrome seguro que tiene que ver con todo esto.

También soy –o era- un tipo duro de barba dura, de los de 5 pasadas de maquinilla con el mejor gel y lubricante, agua hirviendo para que se te abran los poros y mucha gesticulación en el hacer afeitador. Mi padre, por el contrario cogía la pastilla de jabón verde lagarto, se enjabonaba la cara y con una cuchilla -que ya de gastada yo se la cambiaba por compasión fraternopaternal- y un par de arribas y abajos tenías al tío afeitado, con la cara suave como el culo de un recién nacido. Estando hospitalizado no quería que yo lo afeitase porque le daba mis 5 rigurosas pasadas “ ya estamos ea ya estamos” y recuerdo vivamente como si fuera ahora mismo que al darle su último rasurado me dijo “Un día acabarás afeitándote como yo, acuérdate”.

Pasaron los años y de 5 fueron a 4 y de ahí a 3 y hasta a 2 las veces que me paso la cuchilla al afeitarme. Ya me da igual que sean máquinas de 3 o de 2 hojas o si Max o si super o si extra o mega. Todos estos años he andado tonteando entre el gel y la espuma y la espuma y el gel hasta que un día se me acabó el bote y recurrí a la pastilla jabonosa de manos. Qué le vamos a hacer. Me la pasé por los mofletes y por el cuello, cogí sin querer una cuchilla vieja, me miré al espejo y me devolvió una imagen que no era la mía. Juro que era mi padre y que sonreía como un galán de Hollywood.

“Un día acabarás afeitándote como yo, acuérdate”.

Es verdad, ahora me afeito como él y como a él se me queda la cara suaaaaave."

César .